Platos típicos vitoria-gasteiz
Una vez que haya llenado sus deliciosos platitos, tendrá que arreglárselas para mantener todo en equilibrio correteando entre la multitud de gente a la caza de un taburete libre en una de las escasísimas mesas del centro del mercado.
El nombre del restaurante, que significa “acuario”, procede de los grandes ventanales que dan a la calle. Las mesas de fuera se refrescan con grandes ventiladores que rocían agua, pero preferimos comer dentro, intrigados por el gran mostrador tras el que hay decenas de botellas en estanterías con espejos.
La clientela también es muy agradable: señoras refinadas, algo mayores, y hombres elegantes, casi todos de Madrid, asiduos que evidentemente se reúnen para comer con amigos en este establecimiento de aspecto algo bohemio.
Nos encontramos por casualidad con la Taberna el Buo, en el corazón de Chueca, justo antes de dirigirnos al aeropuerto. Éramos reacios porque solemos rehuir los lugares con ladridos que intentan atraerte pero, atenazados por el hambre y las prisas, nos dejamos convencer e inesperadamente comimos muy bien.
Perretxico
De carácter muy diferente, aunque también data del siglo XV, es el PortalónNasce como estación de correos y conserva todo su aspecto medieval. Otras construcciones como las casas de los Cordón, los Maturana o los González Chávarri completan el patrimonio de arquitectura civil de Vitoria.
En cuanto a la gastronomía de Vitoria, se nutre de los magníficos productos de sus huertas y montes. Entre ellas figuran las habas y las setas. En cuanto a estos últimos, los conocidos como perrechicos, a los que algunos se han referido como “los garbanzos de montaña”.
Los platos típicos de Vitoria son los caracoles a la alavesa, que se sirven con una salsa fuerte; los potajes, principalmente alubias rojas o patatas con chorizo; la codorniz estofada y los filetes de ternera. En cuanto al pescado, comen mucho besugo en salmuera y trucha con jamón.
Para terminar la comida, se puede pedir gochua, un postre que lleva nata, bizcocho, natillas y caramelo líquido. Pero también puedes elegir algún canutillo, un cabroncete o alguna nesquita. Y, para regar la comida, nada mejor que un buen caldo de La Rioja Alavesa, uno de los mejores vinos de España.
El bost vitoria-gasteiz
La sensación de estar en un lugar a escala humana continúa en el casco antiguo, conocido como “la Mandorla” por su forma redonda y alargada. Un corazón medieval jalonado por nueve cantones, empinadas calles adoquinadas, hoy habitadas por jóvenes y familias gracias a infraestructuras que facilitan la vida: desde escaleras mecánicas por las callejuelas hasta una eficaz recogida de basuras.
Pásate por Sagartoki, del chef Senén Gonzales, ganador en 2010 de la mejor tortilla de España, y rey del huevo; aquí lo encontrarás cocinado a baja temperatura o frito con una fina lámina de patatas, para comerlo de un bocado (sagartoki.com).
En PerretxiCo, contemporáneo, informal, se hace cola para la terrina con longaniza de euskal txerria, un cerdo del presidio Slow Food, y el txangurro a la donostiarra, cangrejo relleno servido en su caparazón (perretxico.es ).
En el mercado cubierto de la plaza de Abastos, a pocos pasos del centro, se puede curiosear entre los puestos de percebe, un marisco de las costas vasca y gallega, poco común en Italia, y a precios asombrosos: aquí cuesta 39 euros el kilo.
Restaurantes vitória
Las estrellas de mar podrían ser la clave del tratamiento de enfermedades inflamatorias como el asma y la artritis. Investigadores de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas han descubierto que la sustancia viscosa que recubre a estas criaturas actúa como una especie de “teflón”, impidiendo la obstrucción de los vasos sanguíneos.
La investigadora Lisa Bostrom-Einarsson explicó que un experimento realizado durante seis años en cuatro lugares diferentes dio como resultado que las estrellas de mar que habían recibido una inyección de vinagre morían en 48 horas, sin afectar a otros organismos vivos.